Cuando un grupo que ha mantenido cierto poder, bien sea en
una presuntamente actividad partidaria o productora de beneficios económicos o
materiales, etc., se ve amenazada con riesgo de disolución y perdida de
dominio, en el intento de mantener la situación se encargan de distraer la
opinión de los demás con un tema específico que socave el prestigio o el
respeto de la persona que les está poniendo en peligro.
Cuanto menos nivel
intelectual y/o cultural tiene el grupo, más absurdo y ridículo el argumento.
El objetivo es hacer creer a todos algo diferente de la
realidad y distraerles del contenido de fondo que ha dado lugar a poner en
primer plano a los presuntos abusos que ese grupo ha estado cometiendo. La
estrategia es inventar una consigna, todos los componentes del grupo repetirla,
y decírsela a todo el que la quiera oír. Cuando ya por estúpida no se sostiene
inventan otra. Dependerá de la debilidad del oponente que se salgan con la suya
o no.
A primera vista si el oponente es una persona sola, además
bastante mayor y además es mujer, pueden caer en el delirio de que es pan
comido. Este es nuestro país.
No va a ser tan fácil.
¿Podríamos extrapolar este argumento a lo que está pasando
aquí? No se, veamos. A continuación expongo algunas cuantas consignas
atribuidas a mi persona y repetidas hasta la saciedad por la cuadrilla de este
edificio:
La primera fue que yo mentía, que era una mentirosa y que
estaba loca.
A partir de ahí, lo que yo decía en el blog, lo respaldé documentalmente
escaneando los documentos.
Lo de estar yo loca, visto lo visto, es ridículo si no fuese
patético.
De ahí pasaron a decir que yo tenía algo personal con la
expresidenta y que por eso lo personalizaba todo.
Estuvo claro que yo a esa persona no la conocía de nada,
jamás tuve trato con ella ni profesionalmente ni por amistad. ¡Dios me libre!
Después les dio por decir que yo era mala psicóloga. Con
esto me insultaron en la Junta algunos a coro. Un mamarracho haciendo el
payaso, probablemente sin tan siquiera el bachiller, sin presente ni futuro,
bailando y contoneándose me insultaba llamándome:”Mala psicóloga” y cantando
“Viva el administrador”. Este último dejándole hacer hasta que se cansó. Todo
muy profesional. Igual que en el futbol. Ese es el espíritu de las juntas,
totalmente esperpéntico.
Y ahora repiten, porque
esa es la última consigna, y me gritan cuando me insultan, que estoy
creando enfrentamientos entre los vecinos.
Aquí nadie se ha
enfrentado con nadie, no ha habido ni media bronca. Me hubiera enterado al segundo.
Otro invento.
A la única que se enfrenta la camarilla es a mí, y yo,
cuando me insultan, me doy media vuelta y me voy, que más quisieran que me
pusiera al mismo nivel.
El administrador comparte la consigna, está en el rollito y
va pidiendo a personas con las que tengo trato que me aconsejen que deje de
relatar las cosas en el blog porque estoy provocando enfrentamientos.
FALSO de toda falsedad y el lo sabe. ¿Por
qué no viene y me lo dice el? ¿Tanto miedo? Debe ser mucho cuando puso un
abogado en la junta, sin tener ningún derecho, solo para hacer frente y
combatir a una sola persona, mayor y
además mujer.
Total, que toda esta porquería es para echar una cortina de
humo sobre el hecho de que han estado durante años haciendo, en esta nuestra
propiedad y con nuestro dinero, lo que les ha dado la gana, pisando y
avasallando los derechos de los demás, a base de insultos y agresiones físicas
al que se atrevía a protestar y saltando la LPH y los estatutos como les ha
dado la gana.