Aquí está de una manera gráfica,
para que lo entienda hasta el de la cabeza más roma, la situación del váter
comunal plantado frente a mi cocina.
Como se puede ver en la
fotografía el váter está pegado al patio colindante a mi casa, donde en el
subsuelo se halla el aljibe del agua potable. Por ahí además pasan las tuberías
del agua de la piscina. La piscina se suministra de un pozo que tenemos en el
patio trasero del edificio.
No es muy probable que haya un
corrimiento de tierra o que se perfore la tubería y los detritus pasen al agua
potable o a la piscina, pero tampoco es imposible.
Ese retrete obviamente tiene que
descargar en la tubería de aguas fecales que se encuentra saliendo a la piscina
a la izquierda, donde estaba en los primeros años la fosa séptica del edificio.
De ahí conecta a la red de alcantarillado del ayuntamiento. Desde donde está el
váter se ha tenido que hacer una zanja hasta esta tubería atravesando todo el
jardin.
¿Que eso habrá costado un dinero
innecesario? Por supuesto, pero que más da, si las cuentas de la obra de la piscina
siguen siendo un misterio impenetrable y el dinero parece no es problema para
nadie.
Lo que es inaudito es que se haya
ubicado este váter pegado al depósito de agua potable y en el extremo
totalmente opuesto al alcantarillado, aparte de las molestias que me pueda
ocasionar a mí.
A mi juicio ese emplazamiento
tiene dos razones de ser:
1 – El capricho de la enferma entonces
presidenta y su acólita, ya que directa y verbalmente me aclararon a gritos que
aquí se hacía lo que ellas mandaban y punto y que si no me gustaba lo que veía
que mirase para otro lado (sic). Con lo cual dejaban bien sentado, por si no
nos habíamos enterado bien, quienes son las dueñas de la propiedad y el dinero de
los demás en esta finca. (Cosa que no ha variado)
2 – La respuesta del que
administra: Yo te pongo el váter donde me da la gana.
Dejando bien claro que esto es lo
que hay, así que traga, calla y paga o arriésgate a lo que sea. ¿Esto a que
recuerda?