Tengo
que interrumpir la secuencia de lo que estaba informando, porque aquí suceden
cosas verdaderamente increíbles.
Por
lo que sé y por lo poco que informan, ya que aquí sigue el oscurantismo, el
secretismo y la falta de información, la situación está así:
En
repetidas convocatorias de juntas oficiales, tanto ordinarias como extraordinarias,
he enviado por burofax mis puntos a incluir en el Orden del Día. Nunca me los han
incluido, como tienen por costumbre, saltándose mis derechos y la ley LPH.
El 1
de Julio 2017 la presidenta convocó una junta extraordinaria donde se
autoproclamó otra vez en el cargo y nombró vicepresidentes y vocal a dedo. La
junta está grabada en audio.
Por
lo que yo sé, a partir de finales de ese mes no se la volvió a ver en el
edificio y hasta la fecha de hoy sigue ausente. Que sepamos desde entonces no
ha intervenido ni realizado ninguna actividad propia de su cargo.
Para
mi asombro ayer encontré en mi buzón otra convocatoria de junta extraordinaria.
No
hace falta decir que los puntos del Orden del Día que envié a incluir el día 30
de Octubre para cualquier convocatoria futura, bien ordinaria o extraordinaria,
por burofax con certificación de texto y acuse de recibo, no estaban incluidos.
MIS PUNTOS DEL ORDEN DEL DÍA
CONVOCATORIA
No
está firmada por la presidenta oficial o por ninguno de los vicepresidentes que
nombró a dedo. En ausencia de ella y por ley tendrían que ser los
vicepresidentes las personas a las que les corresponde firmar y funcionar en su
nombre. ¿Por qué no la firman? ¿No se quieren comprometer? ¿No se consideran
legales? ¿Por qué no informan a los propietarios de lo que pasa o de las
acciones que van a tomar? Todo secreto, sigilo, misterio. Quiero señalar que
estoy segura de que algunas de estas personas obran de buena fe pero, quizás
por ignorancia, no se dan cuenta que están usando las mismas mañas que hemos
estado sufriendo hasta ahora. El fin no justifica los medios, bajo ningún
concepto se pueden pisar los derechos de los propietarios ni quebrantar la ley.
La
convocatoria la firma el director de una pequeña empresa de múltiples servicios
en los que incluyen la administración de fincas y donde tenemos contratado ese
servicio. Él no es nuestro administrador aunque funciona como tal, la
administradora es su hija, una jovencita que tiene el grado de Relaciones
Laborables y está colegiada en el Colegio Oficial de Administradores de Fincas
de Alicante. Asombrosamente este hombre firma
como “Secretario Administrador”. Secretario puede, administrador no.
La
reunión a celebrar en un Hotel. Las anteriores se celebraron o bien en nuestro
edificio, que tenemos espacios suficientes, o bien en la oficina de esta
empresa.
El
punto uno, según rumores, es que va a llevar un abogado para que nos explique
la situación del edificio. No hace falta nos informen, sabemos perfectamente
cuál es la situación, lo que hace falta son acciones e intervenciones.
Ya nos
están metiendo un abogado en la junta como el administrador anterior. ¿Otra vez
la misma historia?
La
interrogante es ¿Quién va a pagar a este abogado? ¿Quién va a pagar el salón
del hotel a celebrar la junta?
Desde
luego con mi dinero NO. Y esta junta, si se celebra, a mi juicio no es legal.
Ya
hay muchos propietarios que visto el barullo no están pagando las cuotas de la
comunidad. No es de extrañar. Eso es lo que preocupa.
Mi
opinión sobre lo que se debería hacer es exactamente en principio lo que pido
en mi burofax puntos tres y cuatro: Elección Comisión de la Junta y
administrador y añado aquí, Presidente y Vicepresidente por sorteo, si le toca
a alguien que no reside en el edificio ir saltando por orden de apartamentos
hasta llegar a una persona apta; vocales los que se presten, reuniones
periódicas con redacción de actas, información absoluta a todos los
propietarios, la figura de Censor de Cuentas imprescindible, etc.
Cuando
yo realicé esa función en el 2012, es cuando pude ver que aquí el dinero, y no
poco, no se sabía dónde iba a parar y se sigue sin saber, ya que hay gente frenando
e impidiendo hagamos una auditoria para que los latrocinios prescriban.
Hay
que desconfiar de quien se ofrece para los puestos por peligro de que las
intenciones no sean claras, una vez conseguido el cargo hacen lo que les da la
gana.
La
justicia es cara y lenta. Los juicios fácilmente se pierden, se comete perjurio,
se testifica en falso, se preparan pruebas amañadas, etc. Así estamos aquí.