Hoy día 2 de Abríl sobre las cinco y media de la
tarde se presenta un nuevo propietario con un camión en la intención de colocar un contenedor en el
patio trasero del edificio.
Al yo oponerme llama al
administrador por teléfono que le reitera el permiso para colocarlo ahí.
Me enfrento a la descarga
colocándome detrás del camión asegurando que me lo tendrían que tirar encima de
la cabeza antes que permitir bajarlo.
Al final uno de los obreros tiene
la idea de venir con un remolque y llevarse los escombros, lo cual me parece
buena solución.
El camión con el contenedor se
retira.
Vuelvo a repetir que EL
ADMINISTRADOR NO TIENE NINGUNA AUTORIDAD PARA PERMITIR LA COLOCACIÓN DE
CONTENEDORES DE ESCOMBROS EN EL PATIO TRASERO DE ESTE EDIFICIO.
Me remito al burofax de su
letrado con fecha 28 de Noviembre en respuesta al de mi abogado del día 26 del
mismo mes en el que lo reconoce.
Yo creo que está bien claro.
A una le dan ganas de quemar el contenedor, porque el acoso con los contenedores es insufrible, pero evidentemente eso no se puede hacer, no estamos en la ley de la selva.
Otro suceso:
Cuando estaba en mi polémica con
el propietario baja un hombre pequeño, vecino de esta comunidad, al que no
conozco de nada, más que de verlo salir y entrar del edificio, se acerca y comienza
sin venir a cuento a insultarme, diciéndome reiteradamente, entre otras
lindezas, que soy una mala persona y que soy una loca. Esto acompañado de
gestos con la mano señalándose la sien.
Me dicen que vive en el 17 F. Lo tengo
que comprobar.
Esto ya es pasarse demasiado,
entre las notas en el buzón insultándome y los dibujos obscenos, esto está
llegando a un punto verdaderamente vergonzoso. ¿Pero que gentuza vive aquí?
¿Les extraña que la gente tenga
miedo y no se atrevan ni a pronunciarse?