El mismo día de la Junta por la
tarde se presentaron en mi domicilio tres policías nacionales para pedirme mis
datos. Parece ser que alguien me ha denunciado por algo referente a la Junta.
No me pudieron decir más. Eso si, que no me preocupase, que lo que fuese no iba
a prosperar, que la policía tiene otras cosas más importantes de que ocuparse.
Eso me dijeron.
No hace falta saber quien ha
sido.
En ningún momento esta
administración ha intentado arreglar las diferencias que pudiera tener conmigo.
Jamás se ha dirigido a mí para arreglar la situación. Al revés, ha arremetido a
las malas desde el principio del conflicto.
En un intento de llegar a un
arreglo, convoqué una reunión con mi abogado y mi arquitecto, su abogado y su
técnico. Se llegó a un acuerdo parcial: cambiarían la arqueta del patio que no
tenía sifón y apestaba y se acordó quitar el motor del agua averiado y
cambiarlo por otro nuevo. Se reconoció que ese motor no tenía motivo para estar
conectado a la red por el ruido que emitía.
Del cambio de lugar del váter me
propusieron dos soluciones, pagaba yo el cambio de lugar o me cerraban el patio
dejándolo solo para mi uso. Como ya dije y publiqué, ni pago nada, ni se cierra
el patio que es comunal.
Por lo menos habíamos llegado a
un acuerdo parcial por la arqueta y el motor.
A los días, al ver que aquí no se
movía nada, mi letrado llamó al administrador que le dijo que de lo pactado
NADA, QUE SE RETRACTABA DE LO ACORDADO.
Al cabo de varias semanas aunque
se ha cambiado la arqueta, el motor sigue dentro de la sala de máquinas.
Para mi está claro que
presuntamente alguien está malmetiendo para actuar a la contra. La cuestión es
que intereses puede tener. ¿A quien le interesa cuanto más jaleo, mejor? Daré
datos en el próximo post.
Ahora bien, esta situación
insostenible no le viene bien a nadie, ni a los propietarios, ni a la
comunidad, no revaloriza nuestra propiedad y desde luego a quien le perjudica
total y absolutamente es a la administración aunque parece que no se
da cuenta.
Tarde o temprano tendremos que
cambiar de administrador, si se va ahora pierde una comunidad, si sigue así
puede que pierda todas las que tiene. Son tales los disparates cometidos y
desde hace tanto tiempo que no hace falta decir que voy a intentar
inhabilitarlo.
Los acuerdos tomados en esta
junta en referencia a las cuentas y al control de nuestro dinero son penosos y
peligrosos para los propietarios. La camarilla, liderada por la expresidenta,
con un número de votos probablemente mayor que el de asistentes, como siempre,
ha dado a esta administración carta blanca para que pueda seguir con el
oscurantismo habitual en las cuentas. Nada de Censor de Cuentas. Nada de control de firmas
de votos delegados. Nuestro dinero a chorros por todos los agujeros
como siempre. No olvidarse que no ha habido manera de revisar ciertas
actuaciones ni ha sido presentada la documentación solicitada, ni delante
de notario.
Este edificio ha estado durante
años, y sigue estándolo, dirigido y mangoneado por el administrador y por una
mujer enferma psiquiátrica de larga duración, con diagnóstico de importancia y
juzgada y condenada por agresión física a una propietaria. Persona que presuntamente utiliza
tanto sus enfermedades físicas como psíquicas como medio y justificación para
imponer su voluntad e intenta manejarlas para arremeter contra quien se le
opone.
Esto a la corta puede ella creer
que la está beneficiando pero a la larga ya lleva puestas unas etiquetas que no
se las va a poder quitar de encima jamás. Quien la esté asesorando la está
hundiendo bien. Supongo que es la misma persona que aconseja al administrador.
La connivencia de estas personas
y sus acólitos junto con el administrador está convirtiendo el vivir en este edificio
en algo imposible. La tónica es arremeter, con cualquier método, contra todos
los que se enfrenten a sus barbaridades.
Cuando hay problemas de
propietarios con inquilinos muy problemáticos, y hay bastantes, aquí nadie sabe
nada, la respuesta es que llamen a la policía. Ni atención, ni solución, ni
asesoramiento, ni nada de nada.
Cuanto más tardemos en cambiar la
administración y en desmantelar la camarilla, peor para todos, incluido ellos. No
será fácil, pero no se trata de ganar batallitas sino la guerra utilizando el
derecho, la justicia y la sensatez.