Este artículo es muy interesante
y aunque es un poco largo si que es muy ilustrativo y merece la pena leerlo.
“Marbella y las Comunidades de
propietarios: que nadie compre casa mientras no se resuelva, porque nada
funciona como debería
Marbella —y
lo que no es Marbella— tiene un serio problema con sus comunidades de
propietarios. Con excesiva frecuencia la gestión es un desastre y al
consecuente despilfarro hay que sumar que se roba a manos llenas. De hecho
ambas cosas suelen ir juntas y no conocen de nacionalidades: daneses,
holandeses o españoles, lo mismo da: el caso es prescindir de la Ley ante unos
poderes públicos que prefieren “no saber”.
La cosa es especialmente acusada en aquellas comunidades
que lo son principalmente de segundas viviendas, con vecinos que apenas se conocen y donde administradores y “Presidentes profesionales” campan a sus anchas.
De hecho, hay quien lleva años viviendo de sus vecinos, a base de ser
Presidente.
España tiene un importante stock
de viviendas nuevas en venta: exceden de 811.000 en 2013 para unas ventas
de 20.770 viviendas nuevas ese mismo año. A ello hay que sumar la vivienda de
segunda mano, y lo cierto es que la costa entera está en venta. Latrocinio e
ineptitud, que suelen ir de la mano, son enormemente desagradables. Tener una
vivienda e vacaciones no es una necesidad y muchos, hastiados del esperpento,
la pasividad de sus convecinos y la ineptitud de los poderes públicos para
ponerle coto, acaban vendiendo.
No hay lujo sin decencia. Habrá oropel, sí, pero
como la purpurina de un lupanar. Huelga abundar en la importancia
económica que tiene el turismo residencial, como fuente de creación de empleo a
lo largo de todo el año (y no sólo en vacaciones). Con una tasa de paro (EPA)
del 36 % (65.1% entre los jóvenes), quizá queramos empezar a ver como sujetos
indeseables, sin cabida en nuestra sociedad, a quienes por su codicia y falta
de respeto por la ley, espantan a la mejor clientela.
Reformas legales
El problema no aflige sólo a España: en Italia
era una vergüenza nacional: la diferencia es que los italianos hace tiempo
reformaron su ley, y está dando resultados. La Ley de Propiedad
Horizontal, de 1960, se adecua mal a los tiempos: presuponen que la decencia
personal es la norma: nada más alejado de la realidad. Pese a ser la Ley que
más litigios genera, su reciente reforma se ha olvidado del grueso del
problema.
Sí hay que felicitarse por el proyecto de reforma
del Código Penal que hace extensivo el delito de Administración desleal a
ámbitos distintos del societario, abarcando pues el de las comunidades de
propietarios donde sin atisbo de duda se puede decir que operan auténticas
redes organizadas.
En efecto, administración
desleal y estafa recibirán las mismas penas, sea en su modalidad normal
(hasta tres años de cárcel por cada delito) o agravada; y a partir de los mil
euros no habrá “escasa relevancia penal”. Esta es una de las cosas que
el Partido Popular está haciendo bien.
El fraude fiscal es también un clásico en las
comunidades.
¿Que hay sitios bien llevados y administradores
estupendos? Por supuesto. Pero eso es lo normal, el problema es lo otro y es
una auténtica plaga.
Soluciones
Tres son las áreas sobre las que hay que actuar,
con eficacia. Esto no se trata de crear grandes estructuras, que sólo gastan
mientras se contemplan su propio obligo: se trata de solucionar un enorme
problema, muy real, con eficacia.
- Información: uno de los problemas, como se dice, es que con frecuencia los vecinos apenas se conocen, y la información acerca de los malos administradores, los “presidentes profesionales” y otros, no se halla centralizada. Aquí, el papel de las administraciones públicas es fundamental, porque cuando hay veinte quejas de un sólo administrador, es que algo pasa. La información debe ser pública.
Otra herramienta útil es el ránking de
comunidades: ¿sigue el Manual de Buenas Prácticas, acude a la Mediación,
soluciona sus problemas? Es algo que incide de manera directa en el valor de
las casas.
- Prevención: eficacísimo resultaría también la adopción de ciertas medidas legislativas, como la obligatoriedad de una web privada a la que pudiesen acceder todos los comuneros, donde cada presupuesto, contrato, factura o extracto bancario estuviese a mano. Asimismo, la trazabilidad de los pagos, esto es, que a cada factura o recibo corresponda un pago perfectamente identificado, también es fundamental. ¿Acaso no es exigible en las comunidades la misma transparencia al 100% que a cualquier Administración?
Mientras la ley llega o no, un Manual de
Buenas Prácticas servirá. Y si su comunidad no lo adopta, o le cuenta
una milonga sobre protección de datos: sospeche.
- Solución: con un poder judicial desbordado, es indispensable que se fomenten tanto la mediación —ayudando a las partes a ponerse de acuerdo— como el arbitraje. De nuevo, si su comunidad no se adhiere, sospeche. Una condición es que los procedimientos sean públicos, que todo sea transparente. Si no lo son, sospeche.
España entera tiene un buen problema, pero en
Marbella estamos preparados para tomar la voz cantante, y somos muchísimos más
los buenos que los malos. La recomendación es sin embargo clara: que
nadie compre casa ni invierta un duro, porque es todo muy desagradable… y nada
funciona como debería. Esa es la cruda realidad.
La ciudad tiene buen clima. Lo demás es normal o
“plin”. Si encima parece que los arropados son los malos y los atacados los
buenos, pues como que hay que pensarse si vale la pena en absoluto, porque
brillar el sol brilla en muchas partes.”