Me citan a un acto de conciliación previo a la interposición de querella criminal por presunto delito de injurias y de calumnias graves.
Se dice que en el contenido del
blog el texto atenta al honor y buen nombre, lesiona la dignidad y menoscaba la
fama de los tres.
Asimismo exigen que reconozca que mis publicaciones han sumido en
una situación de estrés a la presidente de la comunidad y que está siendo
objeto de tratamiento y seguimiento médico por este motivo. Pobrecita, fíjate
si la llego a pegar o insultar.
Quieren que borre las entradas
del blog e incluir una rectificación en
el tablón de anuncios. También pedir disculpas en la Junta.
Pero eso no es todo: ahora viene
lo mejor.
Me piden 10.000 euros par la
presidenta
5.000 euros para el administrador
y 1000 para la vicepresidenta.
¿Que puedo decir?
¿Esto da pena o risa?
Es muy encomiable la estrecha
amistad que une a estas tres personas que hasta se unen para denunciarme. A mi
también me gustaría tener amigos así, tan fieles como para hacer cualquier cosa
por mi, hasta cometer perjurio en un juicio, aunque yo jamás se lo consentiría,
ya que todo cristiano sabe que Dios castiga al mentiroso y le pudre la lengua
(u otra parte del cuerpo).
Lo que está claro es que estas
personas quieren seguir con problemas y bueno, si así lo quieren pues
seguiremos…
Si la presidenta hubiese dimitido
el mismo día que me agredió, dándose cuenta del disparate que había cometido,
pues aquí paz y después gloria, pero no, ni culpa, ni disculpa, ni
arrepentimiento.
Ayer llevé esta documentación a
mi abogado y voy a presentar demanda
contra la presidenta exigiendo que todas las obras que ha iniciado sin consentimiento
de la Comisión de Propietarios sean declaradas ilegales y se haga ella cargo de
los costes, desde la piscina a la tejavana del patio del portero.
Yo me preguntó: ¿que es lo que le
mueve al administrador para meterse en estos barrizales? Misterio.
LAS REGLAS Y LEYES ESTÁN HECHAS
PARA SER RESPETADAS Y OBEDECIDAS.
En la siguiente entrada voy a dar
parte de otra ley incumplida o quebrantada, como se quiera decir.